Coro
Niños Cantores de Viena
Choir Boys of Vienna,
música
Arte Cultura y
Educación para Niños
Coro de
los Niños Cantores de Viena
Una fecha precisa del
calendario marca el nacimiento de los Niños Cantores de Viena: el 7
de julio de 1498, Maximiliano I de Austria, todopoderoso emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1493, pero sobre todo gran
humanista, y, como príncipe del Renacimiento (posiblemente el más
“italiano” de todos cuantos en ese momento lo son al norte de los
Alpes), gran protector de las artes, como al sur de aquéllos los
Sforza (con quienes llegaría a emparentar por su tercer matrimonio
con Blanca María Sforza), los Visconti o los Medici, firma un
decreto mediante el que se crea un coro de doce voces blancas
destinado a cubrir musicalmente y a embellecer los oficios
religiosos de la Capilla Imperial de Viena, que poco a poco ha ido
afianzándose como centro neurálgico político y cultural, pese a la
importancia que el propio emperador continúa concediendo a
Innsbruck, capital del Tyrol, incorporado en el reinado de Rodolfo
IV, el año 1363, a la Corona de Habsburgo.... |
clic en cada
título para escuchar la magnifica interpretación del coro de niños
...La idea del emperador no es, sin embargo, original sino
tomada por él mismo de los Países Bajos que Maximiliano I conoce
perfectamente no sólo por sus viajes sino sobre todo por ser
aquéllos, junto con el Artois y el Franco Condado, la parte de su
territorio incorporada a la corona imperial como efecto de su primer
matrimonio con María de Borgoña, la hija de Carlos el Temerario,
siguiendo una muy útil política matrimonial impulsada por su padre
Federico III y cuyo máximo fruto se alcanzaría con Carlos V, hijo de
la reina Juana de Castilla y de Felipe el Hermoso, vástago preferido
de Maximiliano.
Y es precisamente de este origen (los Países Bajos) de donde
proceden, junto con los músicos, los primeros componentes del coro,
de tal forma que cuando la vanguardia musical de Europa comienza a
desplazar su centro de interés a Italia, la Capilla Imperial de
Viena está suficientemente consolidada tras los pasos y la
orientación decisiva de su primer director, Georg Slatkonia.
A partir de ese momento, la historia de la Capilla Imperial
es un fiel reflejo de la historia de Austria y su Imperio, de tal
manera que los momentos culminantes y de máximo esplendor de éste,
suponen al mismo tiempo una afirmación del peso específico, en lo
artístico, de aquélla. Los cuarenta largos años (1740-80) de María
Teresa, que se reflejan en el tantas veces interpretado A.E.I.O.U. (Austriae
est imperari orbi universo, entre otras muchas lecturas); los de
José II y su concepción liberal del poder que toma cuerpo en la
década dorada del josefinismo; de Leopoldo II, tan directamente
emparentado con Carlos III de España; de Francisco II, último
emperador del Sacro Imperio y primer emperador de Austria con el
nombre de Francisco I, coinciden con la influencia sobre la Capilla
Imperial de compositores de la talla de Gluck (1714-1787), creador
de la forma moderna de la ópera y Kapellmeister de la ópera de la
Corte, algunas de cuyas obras tuvieron como destinataria la Capilla
Imperial; de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), sobre todo durante
su estancia en Viena los diez últimos años de su vida coincidentes,
además, con la aludida etapa progresista del josefinismo; de Franz
Joseph Haydn (1732-1809), conocedor del coro por su propia
experiencia al lado de su hermano Michael (1737-1806), como niño
cantor en la Catedral de San Esteban; o, sobre todo, de Franz
Schubert (1797-1828), que formó parte de los Niños Cantores, tras un
brillante concurso de ingreso valorado por Salieri, Eybler y Körner,
desde el 8 de octubre de 1808 hasta 1813. Y más tarde, ya en la
época de Francisco José, de Antón Bruckner (1824-1896), cuya
relación con la Capilla Imperial fue especialmente profunda, más que
por su propia aventura personal como niño cantor en el Coro del
Monasterio de San Florián, por su relación directa con los Pequeños
Cantores como organista de la Capilla Imperial desde su nombramiento
en 1887.
La larga agonía de la monarquía danubiana, preludiada ya
remotamente en la Revolución de 1848 y con los episodios
especialmente dramáticos para la propia familia imperial del
fusilamiento, en Méjico, de Maximiliano, hermano del emperador; por
asesinato, en Ginebra, de su esposa, la emperatriz Elizabeth,
familiar muy cercana de Luis II de Baviera, también fallecido en
extrañas circunstancias en el Lago de Stanberg; por un incendio, en
París, de la princesa Sophie, hermana de la emperatriz; por
suicidio, según la versión oficial, en Mayerling, de su hijo y único
heredero, el archiduque Rodolfo... Y el colapso final de 1918,
preludiado en Sarajevo con el atentado que costaba la vida al
heredero Francisco Fernando, fue también el momento más crítico de
la historia de los Niños Cantores de Viena, al desaparecer con los
emperadores de la Casa de Habsburgo-Lorena, encarnada en el momento
culminante en la persona de Carlos I, la Orquesta de la Corte y la
residencia de los Niños de la Capilla Imperial.
El tesón, no obstante, de Joseph Schnitt, que pudo salvar su
trabajo de capellán de la Capilla, produjo su fruto en 1924, con el
apoyo y la ayuda desinteresada de un grupo de amigos: Doce Pequeños
Cantores, en régimen de internado, método tradicional que Joseph
Scnitt consideraba como único medio posible para asegurar un óptimo
entrenamiento musical, asumían seguramente sin ser del todo
conscientes de ello la responsabilidad de salvar no sólo para Viena
sino para todo el mundo una parte significativa de la espectacular
tradición musical austriaca. Así, rápidamente pasaron a formar parte
consustancial de la vida del coro las actuaciones en conciertos
junto con sus deberes en la Capilla Imperial.
Y lo que comenzara como una revitalización romántica de un
sueño de siglos, se convirtió enseguida en un éxito extraordinario
tan fulgurante que surgió rápidamente la necesidad de crear hasta
tres coros más, todos ellos compuestos de veinticuatro cantores. De
esta manera las cuatro agrupaciones corales dejaban ya asegurado el
cumplimiento de su doble misión, como institución inseparable de la
vida vienesa en las ceremonias religiosas de la Burgkapelle, en el
Hofburg, antiguo palacio de los Habsburgo, y como pequeños
embajadores de Austria en sus giras de conciertos por los cinco
continentes. Imagen en uno y otro caso, con sus inconfundibles
trajes blancos o azules de marinero, de la más alta cultura y
tradición vienesas dentro de los muros de la Konzerthaus o en el
saludo al mundo entero gracias al milagro de la televisión, desde la
Musikverein, el día 1 de enero en algunos conciertos inolvidables de
Año Nuevo.
Hoy sin innumerables los países que han visto actuar en sus
catedrales, palacios o salas de conciertos a los Niños Cantores de
Viena, y sus uniformes se han convertido en símbolo de simpatía y en
mensaje de paz para la gran mayoría de las naciones de la tierra.
Con gran frecuencia, además de los dos coros que permanecen en Viena
cumpliendo allí sus obligaciones, otros dos grupos están en gira por
diversos países al mismo tiempo y por periodos cercanos a los tres
meses, acompañados siempre, los veinticuatro componentes de cada
coro, por su director musical, un tutor y una enfermera que se
ocupan en todo momento de su bienestar.
En estas giras por el extranjero, los Niños Cantores de
Viena han sido recibidos en audiencias especiales por los últimos
Papas; han sido acogidos por muchos Jefes de Estado y con gran
frecuencia cuantos dignatarios del exterior viajan a Viena, sede hoy
no sólo de la capitalidad federal de Austria, sino también de
importantes instituciones diplomáticas o económicas supranacionales,
incluyen una visita al Palacio de Augarten, lugar en el que tienen
el privilegio de poder vivir en Viena, dentro de su programa
oficial.
La Institución, hoy totalmente autónoma y de carácter
privado, está presidida por un comité formado por antiguos miembros
del Coro, que dos veces al año preparan audiciones abiertas a todos
los niños austriacos con buena voz y especialmente dotados para la
música: quienes deseen ser aceptados deberán ir a una escuela
preparatoria donde recibirán una enseñanza intensiva que abarca
teoría y práctica del canto al mismo tiempo que son instruidos en el
estudio de un instrumento musical.
Un hito importante en la historia de la Institución supuso
el año 1998 la celebración de sus 500 años de existencia con toda
una serie de conciertos por todo el mundo que tuvieron sus momentos
más significativos el 29 de marzo en la Sala Dorada de la
Musikverein de Viena con la interpretación de “Las Estaciones” de J.
Haydn, acompañados en esta ocasión por el Chorus Viennensis y la
Wiener Kammerorchester, o el 8 de mayo, también en Viena, con un
concierto al aire libre retransmitido por televisión a todo el
mundo.
La vida, a pesar de esta especial celebración, sigue
apacible para los Niños Cantores de Viena en ese entorno de belleza
y serenidad como es el parque donde se sitúa el Palacio de Augarten
o la moderna residencia de vacaciones hace pocos años inaugurada
junto a las tranquilas aguas del Wörthersee, lugares ambos que
aseguran las óptimas condiciones para un equilibrado y armónico
desarrollo físico e intelectual en el que la música es al mismo
tiempo pauta, medio y punto de referencia. ver :
www.salzburgo-ac.com
VILLANCICOS
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