Mi Madre Querida
Había una vez una mujer que le exigió a un hombre
Que arrancara de su madre el corazón
Enceguecido de pasión a su madre arrancó
El corazón pedido y a su amada lo llevó
Al ir corriendo se cayó y el corazón habló:
“Ay hijo te has herido y es mío tu dolor”
Mi madre querida, ya vez tu cuento no olvidé
Y toda mi vida a venerarte dediqué
Tu nombre es credo y es también dulce religión
Besar tus sienes blancas es como una bendición
Sagrado es tu nombre que yo pronuncio con fervor
Pues no hay niño ni hay hombre que no te llame su dolor
Que feliz es aquel que mantiene fiel en su alma
Por siempre cual luz de fe, tu cariño sagrado de madre.
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