Por fin,
madre Gloriosa, llegó el ansiado momento en
que disteis a luz al niño más hermoso, sabio
y apacible cuya sola presencia, el establo
embelleció, Casticismo Patriarca que
hallándote a sus pies, celebras en el
empíreo con los Hosannas de ángeles,
arcángeles y querubes y en toda la orbe
cristiana y con el júbilo de millones de
fieles que le adoran y cantan Gloria a Dios
en las alturas y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad, y aún las bestias
se acercan lentamente a dar calor con su
aliento al desnudo cuerpecito de nuestro
redentor.
Suena la aurora del cristianismo, la luz
divina que ensalza al débil y oprimido
igualando al rico con el mendigo. Oh María;
por este feliz momento en que recibiste el
homenaje de los humildes; te pedimos con la
misma humildad que nos ayudéis a
conformarnos con la voluntad de tu Divino
Hijo. Amén.
Consagración al Niño Jesús
Oh dulcísimo Niño Jesús, Cordero de Dios,
que has venido al mundo a quitar los pecados
de las almas.
Aquí nos tenéis. Niñito de Belén, te amamos,
te adoramos, queremos aprender tus divinas
enseñazas porque Tú eres nuestro modelo y
Maestro Nos consagramos a Ti, Divino Niño y
te suplicamos humildemente nos enseñes el
amor a la inocencia, a la santa pureza y
santidad de vuestra vida; enséñanos el amor
a la cruz del sufrimiento, a la pobreza y
humillación, enséñanos a obedecer a nuestro
Dios; a nuestra Madre la Santa Iglesia
Católica Apostólica; a nuestros padres a
nuestros superiores y a nuestros maestros,
para que imitándote en el Pesebre de Belén y
en tu vida oculta de Nazaret, te sigamos
hasta el Calvario y resucitemos contigo en
la gloria, para librarnos del Infierno y
amarte, con los Ángeles y Santos para toda
la eternidad, en el cielo.
Amén
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