LOS PADRES Y LOS HIJOS
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LOS HIJOS Y LOS PADRES
Ramón de Campoamor
LOS PADRES Y LOS HIJOS
Un enjambre de pájaros metidos en jaula de metal guardó un cabrero y a cuidarlos voló desde el otero la pareja de padres afligidos. -Si aquí -dijo el pastor-, vienen unidos sus hijos a cuidar con tanto esmero, ver cómo cuidan a los padres quiero los hijos por amor y agradecidos-. Deja entre redes la pareja envuelta, la puerta abre el pastor del duro alambre, cierra a los padres, y a los hijos suelta. Huyó de los hijuelos el enjambre, y como en vano se esperó su vuelta, mató a los padres el dolor y el hambre.
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LOS HIJOS Y LOS PADRES
Ni arrastrada un pastor llevar podía a una cabra infeliz que oía amante balar detrás al hijo, que, inconstante, marchar junto a la madre no quería. -¡Necio! -al pastor un sabio le decía-, al que llevas detrás, ponle delante; échate el hijo al hombro, y al instante la madre verás ir tras de la cría-. Tal consejo el pastor creyó sencillo, cogió la cría y se marchó corriendo llevando el animal sobre el hatillo. La cabra sin ramal los fue siguiendo, mas siguiendo tan cerca al cabritillo, que los pies por detrás le iba lamiendo. |