Reflexiones sobre la situación de la niñez
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DATOS DE HOY
SOBRE EL MAÑANA
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REFLEXIONES SOBRE LA SITUACIÓN DE LA NIÑEZ por Daniel Adrián Madeiro
Las Tablas Estadísticas provistas por el UNICEF
(1), tituladas “Estado Mundial de la Infancia 2005”,
son el resumen más reciente y completo al que podemos acceder para
saber cómo están las niñas y los niños de la Tierra, cómo las
mujeres, cómo las poblaciones en general.
La atenta lectura de esas diez tablas, colmadas
de datos, volcadas sobre cuarenta páginas tamaño carta, resulta una
actividad reveladora.
Comprender la relación de esos números que
tenemos frente a nosotros con respecto a nuestras vidas y al futuro
común, es fundamental para ayudar a la construcción del mañana.
Para mi uso personal elaboré una síntesis de
esas tablas. Había pensado en incorporarla al final de este escrito
pero advierto que no sería lo mejor.
Por un lado, son datos parciales (en especial
referidos a la República Argentina) por lo que no están incluidos
los restantes países que componen la región de América Latina y el
Caribe.
Por el otro, me gustaría que leyeran la
información completa, los valores mundiales. Eso les permitirá tener
un panorama general muy necesario, a la vez que acceder a la
información correspondiente a su propio país.
Las Tablas Estadísticas “Estado Mundial de
la Infancia 2005” (2), pueden bajarse en formato PDF
del sitio del UNICEF.
También hay más material informativo digno de
ser leído.
Como metodología, para comprender el estado de
situación de la niñez en la región de América Latina y el Caribe o
de cualquier otro lugar de nuestra única casa, la Tierra, me parece
provechoso exponerlo recurriendo a ejemplos con mi propia familia y
vincularlos a algunos de los porcentajes presentados en la Tabla.
Comenzaré por decir que hace un par de días
atrás le leí a Camila, mi hija menor, un cuento de la escritora
venezolana Celeida Bermúdez, titulado “Los perros verdes”.
A Camila le encantó el relato. Escuchó
atentamente la lectura de sus cinco páginas y pudo comprenderlo sin
dificultades.
Ella tiene 9 años y está actualmente en 4to.
grado.
Nosotros estamos en la República Argentina
donde un 93 % de los niños completan el 5to. grado.
Para la región de América Latina sólo un 82 %
alcanza ese objetivo.
Ella es una afortunada. No está formando parte
del 18 % regional que no goza de la posibilidad de completar ese
ciclo escolar elemental.
Ellos carecerán de una educación que les brinde
mayores posibilidades de desenvolverse con éxito durante su vida.
Mi hijo Damián, de 13 años, tiene una
contextura robusta, mide aproximadamente 1,67 metros y pesa cerca de
66 kilos. Su desarrollo físico está dentro de lo esperado.
Si se observa su libreta sanitaria, en la que
están anotados los registros periódicos de su peso y talla desde su
nacimiento, se verá que su crecimiento se mantuvo dentro de los
parámetros deseables. También es afortunado.
En América Latina un 10 % de los niños nacidos
entre 1998 y 2003 ha tenido un peso menor a los 2.500 gramos. Y para
el mismo período un 16 % de los niños menores a 5 años padecieron
cortedad de talla moderada y grave.
Mi hija mayor, Natalia, de 18 años, sabe desde
hace tiempo lo necesario sobre prevención contra el SIDA y la
importancia del uso de preservativos.
Hasta el presente ninguno de los integrantes de
nuestra familia padece SIDA.
Pero esta enfermedad es motivo generalizado de
preocupación por lo cual la Organización Mundial de la Salud junto
al Banco Mundial y los gobiernos de cada país realizaron una campaña
mundial de divulgación.
Dos millones de personas entre 0 y 49 años,
padecen SIDA en América Latina y el Caribe.
Según datos del Banco Mundial
el contagio de madre a hijo es la causa de más
del 90% de todas las infecciones de VIH en niños menores de 15 años
(3).
También señala respecto de
los más de 400 millones de personas en el mundo que viven con algún
tipo de limitación física, sensorial, intelectual o mental, que en
particular el nivel de abuso hacia las mujeres discapacitadas es
bastante alto y es común que tengan varias parejas sexuales y se
contagien de SIDA (4).
Evidentemente, también Natalia es afortunada.
En toda la Tierra hay distintas formas de
padecimiento. La pobreza y sus aliados: la enfermedad, el
analfabetismo, el hambre, la falta de libertad, etc. asolan el
planeta.
Pero sigamos con los ejemplos. Pongamos por
caso a mi esposa, Claudia. Ella tiene 36 años y goza de buena salud.
No nos resulta extraño. Pero, tal como me dijo ella misma cuando le
comentaba algunos datos extraídos de las Tablas del UNICEF, ha
superado en dos años la esperanza de vida que tienen en la República
de Sierra Leona, ubicada en el oeste del continente africano (34).
En cuanto a mí en particular puedo decir que,
gracias a DIOS, disfruto de tener trabajo como empleado en tareas
administrativas. Esto me permite cubrir las necesidades básicas de
mi grupo familiar y llegar al fin de cada mes sin demasiados
sobresaltos.
Pero soy consciente de que en el mundo
la pobreza afecta la vida de más de mil millones
de personas que viven con menos de 1 dólar por día (¿Será justo
llamar a eso “vivir”?).
Yo no estoy entre ellos. Sin
embargo, también debo ser realista y asumir que si me quedara sin
trabajo y teniendo en cuenta mi edad (47) rápidamente ingresaría a
ese grupo o a otros más o menos similares como el de aquellos niños,
mujeres y hombres, que todas las noches veo recorrer los centros
urbanos recogiendo papeles, botellas y alimentos que extraen de la
basura.
Finalmente, es muy probable
que hayas accedido a la lectura de este escrito a través de un
portal en Internet o por un correo electrónico. También eres
afortunado.
En la región de América
Latina y el Caribe sólo 8 personas de cada 100 tienen acceso a
Internet.
Como se puede ver, quizá
nuestro grupo familiar (tanto el mío como el tuyo) esté disfrutando,
al menos momentáneamente, de salud, educación, estabilidad
económica, etc. pero estas condiciones que nos resultan tan
habituales en nuestra vida no son la moneda corriente para muchas
personas de América Latina y el Caribe. Las cifras son aún más
alarmantes vinculadas a África y Asia.
Muchas tareas se vienen
realizando desde hace varias décadas para ayudar a tanto mal.
Y si tomamos uno de los
parámetros más relevantes de las Tablas Estadísticas del UNICEF, el
vinculado a la Tasa de Mortalidad de Menores de 5 años en todo el
mundo, observaremos un avance alentador.
En 1960 morían 198 niños
cada mil nacidos vivos; para el 2003 esa tasa descendió a 80.
Queda mucho por hacer pero
se ha hecho mucho también.
Diversos organismos actúan
junto al UNICEF contribuyendo al objetivo de colocar a la infancia
en el centro de todo lo bueno por hacer.
Un ejemplo de ello puede
leerse en un cuadernillo de poco más de cincuenta páginas titulado
“Trabajando por la Infancia -Algunas historias sobre nuestra labor
conjunta en América Latina”(5).
Se trata de cinco historias
que refieren el trabajo conjunto del UNICEF y el CELAM (Consejo
Episcopal Latinoamericano) en República Dominicana, Guatemala,
Colombia, Honduras y Brasil.
Nos enteraremos que en
América Latina, anualmente, cerca de 1 millón 200 mil niños no son
registrados (niños fantasmas, sin derecho a la educación por
ejemplo). Esto es algo sobre lo que se está trabajando en República
Dominicana.
También que unos 82 millones
de niñas y niños menores de 12 años viven por debajo de la línea de
pobreza.
Que en Guatemala se realizan
trabajos a favor de una cultura para la paz en socorro de los niños
que sufrieron las consecuencias directas o indirectas de ataques
armados, o fueron testigos de amenazas y torturas a familiares o
conocidos.
Sabremos cómo se gestó el
proyecto de la Escuela Amiga de los Niños y las Niñas en el norte de
Colombia.
Cómo se lucha contra el SIDA
en Honduras.
Al final nos encontraremos
con la tarea de la Pastoral de la Crianza en Brasil, donde el
trabajo realizado por 150 mil voluntarios, a favor de los niños y la
población en general, requeriría 70 millones de dólares anuales si
tuvieran que asumirse los costos económicos.
En mayor o menor grado, así
sucede en toda la Tierra.
Sin duda, hay mucho aun por
hacer y no estaría errado quien pensara que todo sería más rápido
si, por ejemplo, se gastaran menos recursos económicos y humanos
para el desarrollo armamentista y se los destinara para los niños.
¿Nos quedamos esperando
hasta que eso pase?
Que esa situación se
revierta es tarea de todos. ¿La asumiremos todos? ¡Quién sabe!
Mientras tanto, lo
importante es tomar conciencia de que el mundo, respecto de nuestro
tema, se podría dividir en dos: los que necesitan ayuda y los que
pueden ofrecer alguna.
Entre los necesitados sería
injusto pedirles que por sí mismos solucionaran sus problemas. Es
evidente que lo habrían hecho de haber podido.
Por supuesto, hay entre
ellos quienes están capacitados para efectuar algún aporte positivo.
El que se interesen en tomar
conciencia de sus propios problemas y comprendan la importancia de
unirse en acciones conjuntas, es una contribución primordial a favor
del propio bienestar.
Pero la mayor
responsabilidad está en aquellos que disfrutamos de una vida sin
mayores problemas, de una cotidianidad sin sobresaltos abrumadores.
Cada cual brinda lo que
puede. No considero justo juzgar a las personas por la cantidad de
sus obras. Muchas razones pueden inclinar a alguien a hacer o dejar
de hacer, a dar todo o poco. ¿Quién está capacitado para medir con
justicia?
Desde luego, esto no incluye
a los que por su condición de dirigentes, funcionarios o autoridades
de diversos tipos de organismos vinculados al bienestar de las
sociedades deben cumplir activa y eficientemente con su rol.
Pero en esto de hacer algo a
favor de los que lo necesitan, cada uno de los que podemos, debemos
hacer nuestro aporte conforme nuestra capacidad.
Yo, humildemente, considero
que lo mejor que puedo hacer a favor de las niñas y los niños del
planeta es escribir sobre ellos para inspirar y alentar el trabajo
de todos aquellos que deseen sumarse a las diferentes áreas de
ayuda.
DIOS quiera que este aporte
sea de utilidad.
Hay quienes, en cambio,
realizan otro tipo de tareas. Los nombré antes: son aquellas
personas que, anónimamente o no, se ocupan de dar comida, asistencia
médica, educación, asesoramiento, esperanza, alegría y amor a los
niños, a las mujeres, a los discapacitados.
En Argentina son centenares
las instituciones que día a día trabajan por un mundo mejor. En el
mundo, miles.
Tuve la dicha de intercambiar correos electrónicos con algunas de
ellas aquí y no quiero dejar de expresar mi alegría y reconocimiento
por su obra y mencionarlas. Son: MANOS POR HERMANOS –Comedores
Infantiles- (http://www.manosporhermanos.org);
HOGAR DE NENES Fundación Maria Virgen Madre (hogardenenes@fibertel.com.ar);
FUNDACIÓN CIMIENTOS (http://www.cimientos.org);
REVISTA INFANCIA Y JUVENTUD (http://www.infanciayjuventud.com);
Asociación Matilde Vara (http://www.elarmadero.org.ar)
; REDI Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (redi@ddnet.com.ar);
y
http://www.redconfluir.org.ar (diarios@redconfluir.org.ar).
Visitar estos
portales y tantos otros que trabajan por los niños y los adultos
necesitados, en todo el mundo, es otra forma de saber lo que está
pasando, más allá de lo que dice el noticiero televisivo.
Merecen nuestro
respeto y necesitan nuestro apoyo.
DIOS quiera (y
todos nosotros hagamos lo necesario) para que “Construyamos una
Tierra digna de nuestros niños”.
No se trata sólo
de una obligación.
Debiera verse
como una ineludible cuestión de sentido común.
¿Hay alguno
entre nosotros que puede ser feliz rodeado de infelicidad?
¿Acaso no es
gratificante y hasta contagioso ver a otros gozando de la vida?
¿No es saludable
a la vista y al corazón ver a los niños jugar despreocupados?
¿Hay quien
prefiera verlos mendigando o comiendo las sobras que otros tiran?
¿Alguien desea
para sí mismo pobreza, enfermedad o analfabetismo?
¿Acaso eso es
algo aceptable para otros, incluidos los niños?
¿Queremos que
los seres que amamos tengan un mundo mejor?
Entonces no
podemos dejar afuera a nadie, conocido o no, en la tarea de hacer un
mundo mejor “para todos”.
Las casas se
construyen ladrillo a ladrillo.
Edifiquemos el
más hermoso refugio de solidaridad y amor para la niñez dentro de
esta única casa en la que vivimos más de “seis mil millones de
potenciales constructores”.
No lo dudes.
No te quedes
quieto.
Construyamos
una Tierra digna de nuestros niños.
Daniel Adrián Madeiro
Copyright ©
Daniel Adrián Madeiro.
Todos los
derechos reservados para el autor.
Notas:
1
UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Sitio en
español:
2
Tablas Estadísticas “Estado Mundial de la Infancia 2005”. En formato
PDF:
Ver también:
http://www.unicef.org/spanish/sowc05/statistics.html
5
Trabajando por la Infancia -Labor
junto al Consejo Episcopal Latinoamericano:
NOTA
DEL AUTOR: Usted puede
disponer libremente, de manera parcial o total, del contenido de
este escrito titulado “DATOS DE HOY SOBRE EL MAÑANA -
Reflexiones sobre la situación de la niñez”. Queda prohibido
su uso con fines comerciales.
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