Asimismo, el valor de la SOLIDARIDAD dispone el ánimo
para actuar siempre con sentido de comunidad. La persona
solidaria sabe muy bien que su paso por el mundo
constituye una experiencia comunitaria y que, por tanto,
las necesidades, dificultades y sufrimientos de los
demás no le pueden ser ajenos jamás. Quien es solidario
sabe que su propia satisfacción no puede construirse
sobre el bienestar de los demás, esta consciente de que
en cada hombre hay la posibilidad de sentirse útil y
realizado en todos los aspectos como persona.
Quien es solidario entiende perfectamente que es un animal sociable por naturaleza, un zoon politikón, que
es una célula del gran cuerpo social y jamás olvida que
no hay trasgresión particular ni privada que no afecte
de alguna manera a los demás?
El principio de
solidaridad se fundamenta en la naturaleza social del
hombre y en su dignidad de persona. Por ser el hombre
sociable por naturaleza, su perfeccionamiento exige que
procure el bien sobre el bienestar particular, por lo
que dispone que cada hombre responderá por la sociedad
de la cual forma parte.
Por esto, la solidaridad exige que los hombres realmente
busquen y encuentren la perfección de sus quehaceres
sociales y que la sociedad responda por cada uno de
ellos. Expresa una simetría entre la naturaleza social
del hombre y su calidad de persona, entre el bien
particular y el bien social.
En
consecuencia a lo anterior, es importante considerar que
la tercera generación de los Derechos Humanos establece
sus bases en el Derecho de los Pueblos y de Solidaridad,
atendiendo a la necesidad del derecho a la paz, al
desarrollo, al medio ambiente, y sobre todo como seres
humanos a la coexistencia pacífica.
Expresa la debida reciprocidad y dependencia del
individuo con la comunidad, lo que se traduce en la
responsabilidad integral: cada uno ha de responder por
cada uno de sus miembros. La solidaridad exige que el
interés personal sea puesto al servicio del bienestar
comunitario |
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