Si la superación es un deseo innato de los seres humanos
¿por qué en ocasiones nos detenemos? El principal
obstáculo es nuestra persona, con temores encubiertos de
excusas, con la vana esperanza de una oportunidad "de
oro" o el momento adecuado para cambiar de vida; en el
peor de los casos, la pereza y el pesimismo propios del
conformista.
Podemos observar a personas que constantemente hablan de
sus planes y el noble afán que tienen por darle un nuevo
y mejor rumbo a su vida, sin embargo, todo se queda en
las palabras y en el deseo, argumentando dificultades y
contratiempos no previstos, los cuales han impedido
concretar los objetivos planeados. Basta pensar en el
negocio que desde hace tiempo queremos iniciar por
nuestra cuenta, del curso de perfeccionamiento
profesional que nos abriría las puertas a una mejor
posición laboral y que a la fecha no hemos iniciado, o
el estudiante que espera el próximo semestre para "ahora
sí" prepararse a conciencia y obtener mejores notas.
La superación no llega con el tiempo, el simple deseo o
con la automotivación, requiere acciones inmediatas,
planeación, esfuerzo y trabajo continuo.
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