Cuando una es de tierra adentro también es de cielo afuera. Si viene pa Buenos Aires un calabozo la espera y pregunta dónde está el cielo de la ciudá. Señora dueña de casa perdone el atrevimiento: al pájaro en jaula de oro le madura el sentimiento de ponerse a curiosear la tierra y también el mar. Sé que ustedes pensarán qué pretenciosa es la Juana,
cuando tiene techo y
pan también quiere la ventana. Soy como soy, miro un poquito y después me voy.
Yo vivo en un cuadradito de oscuridad recortada, con un corazón de vidrio por donde no se ve nada. Présteme el televisor que se ve más y mejor. Por esa ventana ajena es propio lo que una mira. Está abierta al mundo entero aunque sea de mentira, y mi único balcón es ver la televisión.