Plegaria desvelada Dios mio dame mi sueño de paz
Plegaria desvelada Dios mio dame mi sueño de paz
letra y música de María Elena Walsh, Plegaria desvelada,
material para ser usado en la Escuela.
Dios mío, dame mi sueño
de paz, y no de pastilla.
El diablo, que nunca duerme,
penando me despabila.
Y a la hora del desvelo,
como el ateo cuando agoniza,
te busco pa’ que me acunes,
Dios, madre mía.
Dormir en paz,
dame, Dios mío,
sueño natural
que el de botica me sabe mal.
El sueño con que bendices
al pez en agua tranquila
y al ave que bajo el ala
esconde la cabecita.
Derríbame las pestañas
como de noche la hierba inclinas
y cierras una por una
las campanillas.
Al tiempo que trabajaba
lloré todo el santo día.
Si muerta gané la almohada
abrojos me resucitan.
Dame el sueño que me dabas
allá en la infancia cuando llovía,
o buen amor que derrumbe
con sus caricias.
María Elena Walsh nació el 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, ciudad de
Buenos Aires, Argentina.
Un año antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas
Artes publicó su primer libro (en 1947), «Otoño imperdonable», que recibió
el segundo premio Municipal de Poesía
En Francia, junto con Leda Valladares formaron en los años ’50 el dúo «Leda
y María» y actuaron en varias ciudades como intérpretes de música folclórica
argentina recibiendo varios premios
Por esa época comenzó a escribir versos para niños. Sus canciones y textos
infantiles trascendieron lo didáctico y lo tradicional: generación tras
generación sus temas son cantados por miles de niños argentinos.
En los años ’60 publicó, entre otros, los libros «El reino del revés»,
«Cuentopos
Canción para despertar
A levantarse,
dijo la rana,
mientras espiaba
por la ventana.
Tira con tirita
y ojal con botón.
Un pajarito
que está en la rama
busca el zapato
bajo la cama.
Upa, dijeron
cuatro ratones,
y se quitaron
los camisones.
–No hallo mi flauta,
protestó el grillo,
y la tenía
en el bolsillo.
Una gallina
muerta de risa
se pone el gorro
y la camisa.
Medio dormido
dice el morrongo:
–Cuando madrugo
siempre rezongo.
Y el sapo dice:
–¡Qué disparate,
desayunarse
con chocolate!
Tira con tirita
y ojal con botón.