Bienvenida primavera mucho amor alegría y felicidad

Bienvenida primavera mucho amor alegría y felicidad

Bienvenida primavera

Bienvenida primavera mucho amor alegría y felicidad
escuchar la música aquí
Bienvenido, bienvenido amor

esperaba que llegaras
esperaba primavera

que sabia que traías
para mi un nuevo amor
ese amor que siempre llega
llega con la primavera

y asomaba a mi ventana
saludo a mi nuevo amor

bienvenido, bienvenido amor
nuevo brote de esperanza
se acerco en primavera
admiraba que mi arma
este nuevo y dulce amor

ese amor que siempre llega
llega con la primavera
y asomaba a mi ventana
saludo este nuevo amor
 

bienvenido, bienvenido amor

esperaba que llegaras
esperaba primavera
que sabia que traías
para mi un nuevo amor

ese amor que siempre llega
llega con la primavera
y asomaba a mi ventana
saludo este nuevo amor

bienvenido, bienvenido amor

Antonio Machado

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,


pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos


y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseño el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.


A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habita,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

Silvita

Diseñadora, Casada, dedico mi sitio a preservar el Arte y la Cultura Infantil, A la memoria de mi sobrina Laura Ambrosio Battistel. Material uso escolar y docente

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