Cada uno de nosotros es un ser único,
una sutil combinación de factores irrepetibles. Somos singulares e incomparables.
Lo que somos y quiénes somos ha sido determinado por la herencia, la sociedad, la educación, la familia y los amigos.
Tenemos cuanto necesitamos para llegar a ser lo que somos, una imagen perfecta de nuestra personalidad. Para lograrlo,
todo cuanto debemos hacer es reconocerlo, desarrollarla y vivirla en acción. Para todos los actos humanos existen alternativas.
Cuanto mayor sea el número de alternativas imaginativas y creativas que poseamos, más significativa será la elección y
más autodeterminada la acción.