Bajo un Angel del cielo soy un angelito que nació en abril
Bajo un Angel del cielo soy un angelito que nació en abril
Chicos de la tierra
me siento feliz,
soy un angelito
que nació en abril.
Vivo en el espacio
libre y sideral
y duermo en mi cuna
azul celestial .
Un día de otoño
me lancé a volar
y durante horas
remonté la mar.
Enlacé una estrella
cabalgué un cometa
y dormí en la luna
sueños de poeta.
¿Saben qué les traigo?
Chispas de amistad
y polvo de estrellas
para ir a jugar.
autor : Martha Arias
Muchos Angelitos para descargar
Benditos sean los que tienden la
mano para ayudar,
los que intentan comprender,
los que anhelan compartir.
Benditos sean lo que para dar su opinión
no necesitan subirse a ningún podio,
los que se hacen tiempo para escuchar
y los que saben que siempre hay algo
por aprender.
Benditos sean aquellos que tratan de pulir
y de borrar sus mezquindades
y no simplemente de ocultarlas.
Benditos sean los buenos amigos
y el culto a la amistad.
Benditos sean los que llenan las
noches de filosofía,
los que riegan los caminos hacia la
utopía con batallas épicas
y los que a cada historia de amor la
cargan de locuras.
Benditos sean los que disfrutan del
sol y de la luna,
del cielo abierto y de la noche cerrada,
de escalar la montaña y de zambullirse
en el mar.
Benditos sean los que pueden eludir la
costra y ver la esencia,
los que pueden gozar de la poesía que
tiene este mundo maravilloso.
Benditos sean los que no abandonan
sus principios
ni sus raíces, pero que no se cierran a
los cambios
ni renuncian a intentar volar.
Benditos sean los que sueñan despiertos,
sobre todo si sueñan mejorar el mundo
que los rodea,
y benditos los que del sueño saltan a la acción.
Benditos los que leen lo que otros escriben,
los que escuchan atentamente
a quienes tienen necesidad de hablar
y los que pierden,
a conciencia, para que gane un ser querido.
Benditos sean los que odian el egoísmo,
el dolor, y la apatía ante la injusticia.
Benditos sean los que creen que nunca se llega
al ideal pero luchan con pasión infatigable
por sus ideales.
Benditos sean los que entienden que el amanecer
en la playa, el pan recién horneado,
la música y las caricias son partes de una fiesta
que merecemos todos.
Benditos sean los que piden perdón,
los que dicen gracias y los que no se
olvidan de decir por favor.
Benditos sean los que aspiran que el mundo
tenga lugar suficiente
tanto para la hormiga laboriosa como
para la cigarra,
con su tan necesario arte.
Benditos sean los que quieren
abolir las quejas,
los que quieren que asciendan
mucho los de abajo
y desciendan un poco los de arriba,
benditos los que quieren que la
muerte muera.
Benditos sean los que no subsisten
sollozando,
mientras esperan el milagro,
sino que se proponen forjar algo milagroso.
Benditos sean los que se arriesgan
por las causas perdidas, por
conquistar corazones
y por el bien de los amigos.
Benditos sean los que se arriesgan a mostrar
sus sentimientos toda la vida.