Celebrando San Valentín amor siempre amor ilustraciones gratis
Por quién merece amor
Te molesta mi amor, mi amor
de humanidad y mi amor
es un arte en su edad
te molesta mi amor,
mi amor de surtidor
y mi amor es un arte mayor
Mi amor, es mi prenda
encantada es mi extensa
morada, es mi espacio
sin fin Mi amor, no precisa
frontera como la primavera
no prefiere jardín
Mi amor, no es amor de
mercado porque un amor
sangrado, no es amor de lucrar
Mi amor, es todo cuanto
tengo si lo niego o lo vendo
para que respirar Te molesta
mi amor, mi amor de juventud
y mi amor es un arte en virtud
te molesta mi amor, mi sin antifaz
y mi amor es un arte de paz
Te molesta mi amor, mi amor
de humanidad y mi amor es un
arte en su edad te molesta
mi amor, mi amor de surtidor y
mi amor es un arte mayor Mi
amor, no es amor de uno
solo sino alma de todo lo que
urge sanar mi amor es un amor
de abajo que el devenir me
trajo para hacerlo empinar
Mi amor, el más enamorado
es del más olvidado en su
antiguo dolor mi amor abre
pecho a la muerte y despeña
su suerte por un tiempo
mejor mi amor, este amor
aguerrido es un sol encendido
Benditos sean los que tienden la mano para ayudar,
los que intentan comprender,
los que anhelan compartir.
Benditos sean lo que para dar su opinión
no necesitan subirse a ningún podio,
los que se hacen tiempo para escuchar
y los que saben que siempre hay algo por aprender.
Benditos sean aquellos que tratan de pulir
y de borrar sus mezquindades
y no simplemente de ocultarlas.
Benditos sean los buenos amigos
y el culto a la amistad.
Benditos sean los que llenan las noches de filosofía,
los que riegan los caminos hacia la utopía
con batallas épicas
y los que a cada historia de amor la cargan de locuras.
Benditos sean los que disfrutan del sol y de la luna,
del cielo abierto y de la noche cerrada,
de escalar la montaña y de zambullirse en el mar.
Benditos sean los que pueden eludir
la costra y ver la esencia,
los que pueden gozar de la poesía que
tiene este mundo maravilloso.
Benditos sean los que no abandonan sus principios
ni sus raíces, pero que no se cierran a
los cambios
ni renuncian a intentar volar.
Benditos sean los que sueñan despiertos,
sobre todo si sueñan mejorar el mundo
que los rodea,
y benditos los que del sueño saltan a la acción.
Benditos los que leen lo que otros escriben,
los que escuchan atentamente
a quienes tienen necesidad de hablar
y los que pierden,
a conciencia, para que gane un ser querido.
Benditos sean los que odian el egoísmo,
el dolor, y la apatía ante la injusticia.
Benditos sean los que creen que nunca se llega
al ideal pero luchan con pasión infatigable
por sus ideales.
Benditos sean los que entienden
que el amanecer
en la playa, el pan recién horneado,
la música y las caricias son partes
de una fiesta que merecemos todos.
Benditos sean los que piden perdón,
los que dicen gracias y los que no
se olvidan de decir por favor.
Benditos sean los que aspiran que
el mundo tenga lugar suficiente
tanto para la hormiga laboriosa
como para la cigarra,
con su tan necesario arte.
Benditos sean los que quieren
abolir las quejas,
los que quieren que asciendan
mucho los de abajo
y desciendan un poco los de arriba,
benditos los que quieren que la muerte muera.
Benditos sean los que no subsisten sollozando,
mientras esperan el milagro,
sino que se proponen forjar algo milagroso.
Benditos sean los que se arriesgan
por las causas perdidas, por conquistar corazones
y por el bien de los amigos.
Benditos sean los que se arriesgan a
mostrar sus sentimientos toda la vida.