Dormitorios Niños ilustraciones gratis para ideas

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Dormitorios Niños

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dormitorios muy bonitos para bebés y niños.

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La importancia de dormir bien
Todos los padres sabemos

lo esencial que es dormir para el crecimiento.

Por eso, muchas veces nos preocupamos

porque nuestros hijos se acuestan

tarde o tienen muchas pesadillas. 

¿Cómo hacer para que logren mejores hábitos de sueño?
Una de las cosas que más nos preocupa

como  padres es que nuestros hijos duerman bien.

Desde que los chicos nacen nos damos

cuenta de lo importante que es el sueño para

el bienestar de todos,  pues determina

que durante el día un bebé esté alegre o

llorón, y sus papás, descansados o exhaustos.

La importancia del sueño no termina

cuando el bebé crece y deja la cuna;

es vital también para los niños en edad escolar.

Una buena noche de descanso los prepara para el día:

los ayuda a lidiar con el estrés social y el

ajetreo de la escuela, y también a aprender.

Los niños siempre se han rebelado contra

los horarios rígidos para dormir, y

más aún hoy con tantas distracciones

que los mantienen despiertos y fuera de la cama.

La televisión, Internet, los teléfonos y los videojuegos

compiten por capturar su atención

a la hora de acostarse.

Y aunque creas que tus  hijos son los únicos q

ue están corriendo por la casa a las 10 de la noche,

lo cierto es que a muchos chicos les cuesta

tener un buen descanso nocturno.

Algunos de los problemas más comunes

 que los afectan son: dificultad para conciliar

el sueño o para permanecer dormidos,

despertarse muy temprano o con sensación

de fatiga, y cómo no… las pesadillas.

¿Cuánto dormir?

Los chicos difieren en cuanto al número

de horas de sueño que necesitan.

La mayoría de los niños en edad

preescolar necesita entre 10 y 12 horas diarias;

a los nueve años, cerca de 10 horas, y

al llegar a la pubertad, entre ocho y nueve horas,

si bien muchos chicos duermen menos.

En la adolescencia,

etapa en que los muchachos

están activos todo el día,

el desarrollo del cuerpo y el cerebro

los obliga a consumir más energía,

así que su necesidad de sueño

vuelve a aumentar.

Por eso muchas veces se caricaturiza al

adolescente tirado en la cama sin ganas

de nada o levantándose tarde.

Uno de los aspectos más interesantes

de la fisiología de los adolescentes es

que su ciclo de vigilia y sueño se

retrasa hasta dos horas.

Esto implica que no les da sueño

hasta bien entrada la noche y, a causa de ello,

se despiertan tarde a la mañana.

Mientras que los niños menores de 13 años

empiezan a segregar melatonina

(la hormona que provoca sueño)

hacia las 8 o 9 de la noche,

casi todos los adolescentes la producen cerca de las 11,

así que antes de esta hora por lo regular no sienten sueño;

físicamente, no pueden conciliarlo.

En el otro extremo está el cortisol,

la sustancia que nos hace despertar.

Los adolescentes no la segregan hasta alrededor de las 8:15

de la mañana, normalmente demasiado

tarde para llegar a tiempo a la escuela.

Así que si tu hijo está somnoliento

y se frota los ojos durante el desayuno,

no desesperes, no lo confundas con pereza.

Simplemente es su reloj biológico. 

En unos años volverá a los horarios habituales.

Sin embargo, no dormir lo necesario

puede provocar falta de atención

en la escuela, problemas de memoria,

altibajos en el desempeño y mal humor.

Por eso es importante que formes

sus hábitos desde temprano.

A continuación, cinco maneras de ayudar

los chicos a adquirir hábitos más saludables

 la hora de dormir:

Fija un horario regular para ir a la cama.

Aunque los chicos se rebelen, hace que

se vayan a dormir entre semana a la hora

establecida. Los sábados y domingos

podes permitirles acostarse

un poco más tarde.

Brindales un tiempo para relajarse.

Con hacerlo unos 45 minutos

antes de dormir basta para que

luego duerman más tranquilos.

Esto puede incluir apagar la televisión,

calmarlos charlando con ellos y evitar

que consuman alimentos y

cafeína antes de irse a dormir.

 

 Establece una rutina a la hora de acostarse.

Asegúrate de que los niños vayan antes al baño

y se cepillen los dientes para que ya vayan

acostumbrándose a la idea de irse a la cama.

 Los dormitorios son para dormir.

Se aconseja que la televisión y

la computadora estén en otro lugar.

Crea un ambiente tranquilo, como el de una cueva:

cuanto más oscuro, mejor.

 Ayudalos a caer en el sueño.

Esto implica mantener el dormitorio a

oscuras para reducir la temperatura corporal y

reconocer la función de la melatonina

en el ciclo del sueño.

Un mejor conocimiento de la fisiología y

los ciclos del sueño es la base para

ayudar a tus hijos a descansar

mejor por la noche.

 

Silvita

Diseñadora, Casada, dedico mi sitio a preservar el Arte y la Cultura Infantil, A la memoria de mi sobrina Laura Ambrosio Battistel. Material uso escolar y docente

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