El Buen Samaritano ayuda a otro desinteresadamente
El Buen Samaritano ayuda a otro desinteresadamente
última actualización enero 2022
El Buen Samaritano
En medio del barullo de la ciudad,
en una calle transitada a plena
luz del día un hombre fue asaltado y
salvajemente golpeado quedando
Algunas personas al pasar a su lado,
mejor cruzaban la calle o le sacaban
la vuelta, no fuera a ser que ese
hombre estuviera borracho o drogado.
El hombre padecía fuertes dolores
por los golpes que recibió
pero le era imposible pedir ayuda.
Otras personas que pasaron cerca,
hubieran querido ayudarle .
«Pobre hombre, si no fuera con
tanta prisa me detendría a ayudarlo»
– decían algunos, otros simplemente
se compadecían de él y
seguían caminando a toda prisa.
Pero hubo una persona que sí
se detuvo para ver en que podía ayudar.
No tenía muy buena apariencia, era pobre,
hasta podía llegar a confundirse con algún asaltante.
Sin embargo, fue él quien lo recogió y lo
llevó al hospital para que fuera atendido
por los médicos. Se tranquilizó
sólo al saber que el hombre malherido
se había curado y estaba fuera de peligro.
Qué ironía… aquel hombre de mal aspecto
llevaba un corazón cargado de los más
nobles sentimientos…
Cuanta similitud existe con hechos que
suceden a diario en nuestro derredor en los
que no se está dispuesto a tender la mano y
ayudar a los demás.
Es más cómodo jugar el papel de los
indiferentes que pasan al lado de las
necesidades de los demás sin hacer nada por ellos.
Es menos complicado escuchar
sobre los problemas que tienen otras
personas y compadecerlos sin tratar
de ayudar en lo que sea posible.
Toda persona lleva dentro al
buen samaritano pero por desgracia
no todos sabemos descubrirlo,
para hacerlo, cada vez que se
presente una situación en la que
se pueda hacer algo por los demás,
es necesario ponerse en el papel de la
otra persona, después, pensar que le
gustaría que hicieran por uno si
estuviera en una situación similar.
Y por último hacerlo por alguien más.
Todos necesitamos de todos.
Que distinto sería el mundo si todas las
personas actuáramos como aquel
buen samaritano, que tendió la mano,
sin mirar a quien.
Fuente: Vive la Semana Santa
Autor: Raquel Rdz. de Estrada