La montaña de la noche La noche que desciende leñadores

La montaña de la noche La noche que desciende leñadores

La montaña de la noche poema, Gabriela Mistral


Haremos fuego sobre la montaña.


La noche que desciende, leñadores,
no echará al cielo ni su crencha de astros.
¡Haremos treinta fuegos brilladores!

   Que la tarde quebró un vaso de sangre


sobre el ocaso, y es señal artera.
El espanto se sienta entre nosotros
si no hacéis corro en torno de la hoguera.

   Semeja este fragor de cataratas


un incansable galopar de potros
por la montaña, y otro fragor sube
de los medrosos pechos de nosotros.

   Dicen que los pinares en la noche


dejan su éxtasis negro, y a una extraña,
sigilosa señal, su muchedumbre
se mueve, tarda, sobre la montaña.

   La esmaltadura de la nieve adquiere


en la tiniebla un arabesco avieso:
sobre el osario inmenso de la noche,
finge un bordado lívido de huesos.

   E invisible avalancha de neveras


desciende, sin llegar, al valle inerme,
mientras vampiros de arrugadas alas
rozan el rostro del pastor que duerme.

   Dicen que en las cimeras apretadas


de la próxima sierra hay alimañas
que el valle no conoce y que en la sombra,
como greñas, desprende la montaña.

   Me va ganando el corazón el frío


de la cumbre cercana. Pienso: acaso
los muertos que dejaron por impuras
las ciudades, elijan el regazo

   recóndito de los desfiladeros


de tajo azul, que ningún alba baña,
¡y al espesar la noche sus betunes
como una mar invadan la montaña!

   Tronchad los leños tercos y fragantes,


salvias y pinos chisporroteadores,
y apretad bien el corro en torno al fuego,
que hace frío y angustia, leñadores!

1- Educación para la Libertad
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
Sitio web: Un mensaje al corazón

La responsabilidad de los padres es formar bien a sus hijos.

¿Le interesa formar bien a sus hijos?

Pues, ¡edúquelos para la libertad!

Ahora,

¿qué es eso de educación para la libertad?

Yo le pregunto a usted,

¿le parece bien estar siempre encima de sus hijos,

decidiendo por ellos, protegiéndolos,

aún cuando tengan 30, 40 ó 50 años?

¿No le parece esto bastante incómodo

y hasta absurdo?

Pues, existen muchos papás

que en su subconsciente desean

hacer esto y no es correcto.

Los padres tienen que educar para la libertad.

De esa manera, sus hijos algún día tendrán

la capacidad de ser autónomos, de actuar

de acuerdo con sus propios criterios y valores.

Hay que educarlos para que sean ellos los

que decidan qué hacer con su propia existencia;

para que cada uno sea protagonista de su

propia historia y sean capaces de decidir

por sí mismos su propio futuro.

Para lograr esto, los papás tienen que

inculcar a las criaturas desde pequeñitas

una fe profunda en Dios, sobre todo, y

también en sí mismos; ayudarlos a que

crezcan con confianza en sus propias personas,

cultivar en ellos los más grandes ideales

e inyectarle los valores morales más adecuados.

La tarea de los papás es sembrar, de la manera

más inteligente y profunda posible, todos los

ideales y valores positivos y buenos.

Mientras más profundamente siembren

esto en sus hijos, y

se preocupen en cultivar adecuadamente

con mucho amor, verán florecer en sus

hijos una personalidad auténtica y fuerte

Silvita

Diseñadora, Casada, dedico mi sitio a preservar el Arte y la Cultura Infantil, A la memoria de mi sobrina Laura Ambrosio Battistel. Material uso escolar y docente

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