DIME
Dime niña de ojos
de sol,
de luna roja en tu boca alegre;
dime niña qué pensabas
del ruiseñor en tu ventana,
cuando la tarde se reía del
sol que se escondía.
Dime, dulce, qué sientes
cuando las chicharras interrumpen
la armonía, cuando el vendedor de
sueños helados grita
su miseria en tu ventana
aún abierta.
Dime porqué el celeste cielo
me engañó tantos años.
Tú lo sabes todo.
Ya aprendiste lo único que
te faltaba.
Aprendiste a partir con estoicismo.
A irte, así, blandamente,
puramente, otoñalmente.
Dejando el dolor más perfecto, mejor terminado.
El dolor jerarquizado, condecorado,.
inimaginable.
TE AMO, NIÑA
MAMÁ
Cristy Battistel Roggio
Córdoba 11 de Octubre 2008. |