HASTA SIEMPRE AMADA
Soledad inacabable tiñe mi vida de espanto. La tarde, negra e infausta se cierne sobre el alma dolorida. Brillan algunos luceros, pero quiero tus ojos, café y miel para mis ansias. Las rosas se abren temerosas de tu boca, y yo espero tu sonrisa, escondida mi ilusión tras la puerta de tu cuarto. Ay! veneno que bebo a diario desde tu adiós, mátame sin piedad que eso prefiero a este puñal que me descarna de a poco. Ven , ven, ven sueño roto hazte cierto para mí. Tráeme a mi Reina, tráela en un alado caballo custodiada por ángeles y deposita tamaño tesoro en su lecho angelical. Ven, no me dejes sueño roto.
©CRISTY BATTISTEL ROGGIO
18 DICIEMBRE 2006.
Córdoba Argentina
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