El Jueves Santo, se celebra el jueves anterior al Domingo de
Resurrección, en el transcurso de la Semana Santa cristiana. Es el
primer día del Triduo Pascual. En este día la Iglesia Católica
conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena de
Jesús, y del Sacerdocio.
LITURGIA DEL JUEVES SANTO
En este día tiene lugar la llamada Misa Crismal, que es presidida
por el Obispo y concelebrada por su presbiterio. En ella se consagra
el Santo Crisma y se bendicen los demás óleos, que se emplearán en
la administración de los principales sacramentos. Es una
manifestación de la comunión existente entre el Obispo y sus
Presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo.
Para esta celebración se invita encarecidamente a los fieles para
que reciban el sacramento de la Eucaristía. Es recomendable
litúrgicamente y es de práctica común celebrarla en la Catedral de
cada Diócesis. Los oficios de Semana Santa llegan el Jueves Santo a
su máxima relevancia litúrgica. Ese día se inicia el llamado Triduo
Pascual que culminará en la Vigilia que conmemora, en la noche del
Sábado Santo la Resurrección de Jesucristo.
Dentro de los oficios del día, adquiere un destacado simbolismo el
lavatorio de pies que realiza el sacerdote y en el que recuerda el
gesto que realizara Jesús antes de la Última Cena con sus apóstoles.
Finalizados los oficios vespertinos, el Santísimo Sacramento se
traslada del Sagrario al llamado "monumento", un altar efímero que
se coloca ex-profeso para esta celebración, quedando el Sagrario
abierto. Igualmente, el altar es despojado de todo tipo de ornato.
El lavatorio queda reflejado también en el Evangelio del día:
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya
el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de
Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto
todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de
la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego
echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los
discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a
Simón Pedro, y éste le dijo:
-«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó:
-«Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más
tarde.»
Pedro le dijo:
-«No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó:
-«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo:
-«Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo:
-«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque
todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no
todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
«No todos estáis limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra
vez y les dijo:
-«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el
Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el
Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis
lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo
he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
Juan 13, 1-15
Durante la noche se mantiene la adoración del Santísimo en el
monumento, celebrándose la llamada "Hora Santa".
Desde hace unos años, la Iglesia Católica conmemora el Jueves Santo,
el llamado Día del Amor Fraterno.
*Semana
Santa
Ilustraciones
Pascua
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