Misericordia Divina Jesús en vos confío Consuela al triste
Misericordia
©Victoria Lucía Aristizábal
Hablemos a los que no tuvieron y soñaron
Para quiénes no alcanzaron y perdieron
Para los que sumergidos en el dolor dejaron
La paz, el amor y el bien que recibieron
Escribamos a los que de pena así sufrieron
Para aquellos que sus ideas sofocaron
A quiénes apagaron sus antorchas y murieron
A los que viven dormidos y la vida anclaron
Tendamos nuestras manos a quiénes perdidos
No encuentran el camino que antes acogieron
A los que han dejado el alma en tristes nidos
En la distancia de quiénes ya no les quisieron
Oremos por los que están enfermos y olvidados
Para los que anuncian su soledad y su fracaso
A quiénes inevitablemente están frenados
Con sus vidas llenas de nostalgia y sin descanso
Pidamos a Dios hoy por la fragilidad humana
Por esta urgencia de tanta gente en la pobreza
Por aquellos que no pueden ver que se engalana
La creación, porque están enfermos y sin fuerza
Seamos solidarios con quienes están enajenados
Por los adolescentes, los ancianos y los niños
Por todos los que no tienen apoyo ni cuidados
Y en el desamparo no hallan amor menos cariño
Nuestro amor para quienes llenos de gemido
No pueden gritar al mundo su dolida historia
Amor para quienes con vinagre y pesar han vivido
Caminando por la vida una sufrible trayectoria
Cuando el dardo de la enfermedad despierta
Punzando el alma que en su dolor se entrega
Es hora de rezar por los demás pues nos alerta
A la conciencia superior, si aun no está ciega.
Autora : Dra. Victoria Lucía Aristizabal
Oh Sangre y Agua,
que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confío!
Tu expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas,
y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo.
Oh fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, envuelve todo el mundo y desocúpate sobre nosotros.
Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús
como fuente de misericordia para nosotros en ti confío (187).
Oh Jesús, te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor.
La justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo
y todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor
Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste tu vida eterna,
al haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia;
nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón.
He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a nosotros
Oh Jesús, Verdad eterna, Vida nuestra,
te suplico y mendigo tu misericordia para los pobres pecadores.
Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable,
te suplico por los pobres pecadores.
Oh sacratísimo Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles sobre toda la raza humana.
Te suplico luz para los pobres pecadores.
Oh Jesús, recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas redimidas con tan preciosísima,
santísima sangre tuya.
Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre,
me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores
Oh, qué alegría arde en mi corazón cuando contemplo tu bondad inconcebible,
oh Jesús mío. Deseo traer a todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos (72).