La Magia de la Alegria en la navidad mas amor
La Magia de la Alegria
©Victoria Lucía Aristizábal
Cada Navidad trae principio y final
Que nos descubre inéditos aspectos
Cuando el corazón y mente abrimos
Con una disposición de amor total
Es magia de alegría para quién vive
En un estado de ánimo que ofrenda
El calor de hogar que al Niño celebra
Y agradece lo que del cielo recibe
El amor en Dios y el hogar se resume
Si se ha cultivado el alma en contacto
Con lo que es solidario y en comunión
Vierte a la tierra su blanco perfume
Aflora el espíritu infantil en regocijo
Esperando la llegada de la gran visita
Del Niño Jesús que nos ha sacudido
Al renacer de nuevo, ya no en crucifijo
Y es que somos eslabón de una cadena
Que nos va cautivando en este suceso
Que anualmente deja en consecuencia
Una ruta de amor que en bien resuena
Nos despierta la ancestral naturaleza
Con todo el estilo y método afectivo
Que vibra en nuestro interior completo
Con Su mano de Artista en gentileza
Respondo en mi soledad con la austera
Solemnidad mental que en melodía
Canta en mi interior con fe Católica
Brindando un mudo abrazo que libera
Perfecta vocación de quién motiva
En cada Navidad la piedad persistente
Perdurable destino que ha asimilado
Este vínculo indisoluble, de Dios fuente.
Autora : Dra. Victoria Lucía Aristizabal
Pastorcillo de mi alma, pastorcito mío,
mira esta ovejita tuya cómo ansiosa te busca,
cómo anhela por ti.
Quisiera morar contigo para siempre
y seguirte a donde quiera que fueras
para ser en todo momento iluminada
con la lumbre de tus bellísimos ojos
y recreada con la sin par hermosura
de tu rostro y regalada con la miel dulcísima
Quisiera ser apacentada de tu propia mano
y que nunca más quitaras tu mano de ella.
Más, quisiera Jesús mío:
quisiera posar mis labios
sobre la nívea blancura de tus pies.
Si, amor, mío, no quieras impedirme tanto bien;
déjame que me anonade a tus plantas y
me abrace con tus pies y los riegue
con las lágrimas salidas de mi pecho amante,
encendidas en el sagrado fuego de tu amor;
déjame besarte y después…