Al corazon de mi Jesus
Al corazon de mi Jesus que engalana con su voz no humana
Poema
AL CORAZÓN DE MI JESÚS
©Victoria Aristizábal
Ábreme tu corazón, tu puerta
ese que es para todos sagrado
y para esta alma que ha orado
fertilízala en su arada huerta
Yo veo a tu sagrado corazón
como un Jesús que engalana
con esa su voz, no humana
que escucho como canción
Yo siempre te veo, vivo y pido
tu corazón para mi descubierto,
que me perdone, me convierto,
porque un milagro tú has sido
Tu corazón está siempre amando
cuando todos mal y durmiendo
y tú solo, nos estas pidiendo
la virtud para un alma podando
Yo no quiero dormir más Señor
quiero quedarme despierta
sentir que esta vida es cierta
porque estoy perdida en tu amor
Tu eres todo lo que quiero
nada contigo me puede herir
ya no me importa por ti morir
porque tu cielo Señor yo prefiero
Y aún éste, llena de heridas,
quiero sentirte a ti, Padre eterno
a tu corazón siento tan tierno
como bálsamo, con el que cuidas
Ahora que tu corazón me brinda
toda virtud para ser hoy mejor
pues me muestras tanto tu amor
ALABANZA A DIOS
©Victoria Lucía Aristizábal
Hablemos de oración, ecos piadosos
en la expresión del alma en su linaje,
que sólo el espíritu, en íntimo lenguaje,
sabe de estos pedidos y estos gozos
La idea de orar nos hace poderosos
si veraz y completo es su mensaje
son huellas del querer en este viaje
a los puros de corazón y luminosos
Nuestro coloquio debe ser directo,
de rodillas a Dios como un decreto
sabiendo que oirá a quién bien piensa
Cada alabanza, de hondo sentimiento
anidará en perfecto entendimiento,
y la bendición será, la recompensa
ENSÉÑANOS A ORAR PADRE MÍO
Que pensemos en ti, es lo primero
imaginemos un feliz encuentro
Que al llegar caminemos hacia adentro
donde el alma feliz así espera.
Que la tengamos preparada
con pureza, humildad y sin pecado.
Que pongamos las manos muy unidas
en señal de que todo nuestro ser
vinculado está en esta ofrenda.
Que una sonrisa se dibuje en el rostro
como muestra de estar en santo gozo.
Que nuestra mente y cuerpo esté en
reposo y que la palabra surja con
naturalidad.
Que nada hay que pedirle porque ya
fue dado, que solo la amistad es alabada
sintiéndolo a Él como un amigo
sin miedo, sin duda y con fervor.
Que la piedad esté bien dibujada
en un rostro que cree felizmente
en que nos guiará eternamente
por toda la eternidad en vida y muerte