Apto para la Vida la simpatía la plenitud humana el amor
Apto para la Vida la simpatía la plenitud humana el amor
©Victoria Lucía Aristizábal
Apto para la vida quién la amó
Una maravillosa constitución, una organización química, física y espiritual.
Una conciencia responsable de los dones supremos que dan a nuestro día sentido y significado.
Tocadas por la voluntad que decide vivir en términos bondadosos, sin queja alguna.
Conformando el puzzle de la existencia y Dios quién abre su espaciosa puerta.
Sobre cada ser que sale a realizar su misión completamente.
Que diferencia quién vive como un simple mortal a quién vive como inmortal.
Que aptitud la del amor, la simpatía, la plenitud humana que supera los obstáculos.
Confronta los valores, los encarna, los transmite, los internaliza, es volverse una sombra danzante en la luz.
Embajador de lo divino y de lo plenamente humano, quienes representaron bien el país de Dios.
Seres de compasión creativa quienes se convirtieron en ministros acreditados.
Apto para la vida quién le dio significado
Con un lenguaje de exactitud, con palabras cromáticas que recurrieron a la metáfora.
Para enriquecer la realidad divina, descifrando el mundo para reverenciarlo.
Un mundo que tiene propósito, inteligencia, personalidad, voluntad de vivir, necesidad de amar.
Anhelo de estar relacionado, átomos y electrones configurando constelaciones de conciencia y elevación.
Dignos de ser considerados espejos de lo divino.
Palabras de expresión sagrada, con una motivación de encanto, de entendimiento.
Cooperación, de certeza, de contagiosa alegría, buen ánimo y solidaridad.
Apto para la vida quién no se ignoró
Quienes llegaron a conocer la esencia de si mismos.
Los atributos de su razón de ser con las leyes universales de salud moral, mental y social.
Poniendo a su alcance lo sanamente posible y liberándose de lo que reduce.
Haciendo de la vida un hecho balsámico en compañía de la naturaleza, de la fecundidad de la mente.
Plenamente desarrollada, del equilibrio liberador de toda distorsiona morbosa.
Una conversión constante a la comprensión ante la humana decencia.
Y el amor cuando por fin se logra ver en el espejo sin resistencia.
Con la aceptación y agradecimiento de lo que se nos fue dado, encajando perfectamente.
Dentro de una íntima experiencia personal.
Apto para la vida quién la hizo dinámica
Quienes construyeron con madurez y crecimiento su visión del mundo, sin desvirtuarse.
Quiénes crearon una ciencia de Dios sin convertirlo en el “valet” de los deseos privados.
Seres pensantes que consideraron la acción como un orden de los valores que ampliaron el marco de referencia del sí mismo.
Quiénes dieron a su comportamiento el sello de compromiso, de dignidad y amor al ser humano.
Como a si mismo, anexando la bondad del universo, la meta cualitativa de la vida.
La presencia del propósito en el núcleo del mundo.
Una posición madura y nueva de la divinidad, un tratamiento respetuoso y digno.
Como alumnos y profesores de la comprensión constante en términos profundos.
Inherentes a la dignidad humana, sabiendo que existen las fuerza suficientes a las cuales podemos recurrir
Apto para la vida quién le dio crecimiento y madurez
Quienes adquirieron experiencia ante la soberanía de la cultura, de la contemplación de Dios.
Como potencia que necesita de nuestra colaboración y como socios suyos.
Se colocaron para la evolución de un mundo mejor.
Aptos cuando nos colocamos al servicio de los demás sin ser siervos o esclavos de otros seres humanos.
Socios independientes, armonizadores, todos los que pusieron su acento en el poder de la voluntad.
El respeto, la fe en sus propias fuerzas, la conquista de sus ideales, la corrección de sus errores.
La afirmación de sus poderes, la realización personal en todos los niveles.
Apto para la vida quién vivó con valentía
Quienes aun debatiéndose en el diario vivir, fueron lo suficientemente valientes para asumir, enfrentar.
Superar, confiar y entrar en la frecuencia de la interdependencia con un sentimiento de amparo.
Confianza, encontrando a Dios en la victoria social.
En la práctica de la actividad moral, sintiendo que es indispensable en esta cruzada.
De TODOS SOMOS UNO PARA DIOS.
Seres que acaban con la modorra espiritual y cultural.
Que se dedican a cooperar sin someterse.
Como socios de la creación se brindaron la oportunidad de triunfar en este mundo.
Y que en medio de la luz intermitente de nuestra vida pudieron conquistar la eternidad.
Dentro del orden divino de la creación con una realidad de soporte frente a la adversidad.
Integrando todos estos hilos de elementos posibles y potenciales.
Inyectando siempre el germen de la serenidad, consiguiendo la paz interior en la pureza incorruptible