La Bella y la Bestia Ilustraciones gratis para diseño

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La Bella y la Bestia


La Bella y la Bestia Ilustraciones gratis para diseño

Ilustraciones de la Bella y la Bestia de Disney

Material Escolar, manualidades, ideas, diseño

Esta es la historia de un rico mercader que tenía tres hijas.

Dos de ellas eran presuntuosas y vanidosas, y la menor,

a la que por su belleza llamaron Bella, era, sin embargo,

humilde y bondadosa. Todas tenían siempre pretendientes

dispuestos a casarse con ellas. Pero mientras las dos primeras

rechazaban despectivamente a todos los candidatos,

ya que ansiaban casarse con un noble, Bella los recibía y

conversaba con ellos, aunque los rechazara cortésmente.

Un golpe de mala fortuna hizo que el mercader

perdiera todas sus riquezas, por lo que todos

los pretendientes desaparecieron, ya que el

dinero era el único motivo para casarse con

semejantes mujeres. Bella, sin embargo,

siguió recibiendo proposiciones, pero las siguió

rechazando. Cierto día llegó la noticia de que

uno de los barcos del mercader había llegado

a puerto con mercancías. Sus dos hijas mayores

le pidieron que les trajera joyas y vestidos,

pero Bella le dijo que solo con una rosa ya la haría feliz.


Regresando de las del puerto,

el mercader se acuerda del pedido de su menor hija,

por lo que decide ir a un lúgubre castillo que se

hallaba algo cerca. Justo después de coger

una rosa del bello y oscuro jardín, una

horrenda bestia lo sorprende y lo encierra

en su castillo.

El mercader suplica por poder ver a sus

hijas una última vez, a lo que la bestia

responde que puede marcharse para

verlas una vez más, pero a cambio tendrá

que traer a una de ellas para que ocupe su lugar.

El mercader vuelve a su hogar y le explica lo

acontecido a sus hijas, tras lo cual Bella se

ofrece para ocupar el lugar de su padre,

para regocijo de sus hermanas y desesperación

de su anciano progenitor. Bella le recuerda a

su padre que las promesas se dan para cumplirse.

Y que si ella no hubiera pedido una rosa nada

habría sucedido.

Sin embargo, una vez allí, la Bestia le

concedió la libertad a su padre exhortándole

a no volver jamás. Y gentilmente llevó a Bella a

unos ricos aposentos, para que viviera toda

su vida en el castillo. Al cabo de un tiempo

la Bestia pidió a Bella que se casara con ella, pero Bella

le respondió que solamente le concedería su amistad.

Pasaron tres meses agradables en el castillo, donde

la Bestia llenaba de atenciones a Bella, y ella le

correspondía con gestos de amistad. Cierto día,

Bella vio en su espejo mágico que su anciano

padre estaba muy enfermo, y rogó a la Bestia que

le permitiera verlo una última vez, a lo cual la

Bestia se negó rotundamente. Pero poco después

aceptó con la condición de que Bella volviera tras

una semana. Ella lo prometió agradecida y partió

hacia su hogar. Una vez allí, sus hermanas,

tristemente casadas con personas de bajo nivel,

maquinaron una trampa para que Bella estuviera

en su casa más de siete días. Al darse cuenta de

que había roto su promesa, la muchacha parte

rauda hacia el castillo y encuentra a la Bestia

tendida en la hierba, agonizando, por la

tristeza que le había causado la traición de Bella.

Ella se arrodilla ante el monstruo, que exhala ya

sus últimos estertores de vida y, entre lágrimas,

le suplica que no muera, ya que le ama y quiere

ser su esposa. Al escuchar estas palabras, la

Bestia se transforma mágicamente en un bello

príncipe, que a causa de la maldición de una

bruja había sido mutado en Bestia para que

ninguna mujer quisiera casarse con él.


Bella y el príncipe pasaron el resto de sus

días felices en el castillo, junto a su padre,

mientras que las hermanas fueron transformadas

en estatuas, pero sin perder la consciencia, para que

fueran testigos de la felicidad de su hermana.


Versión de Villeneuve


La versión original de Villeneuve es mucho más extensa

que la de Beaumont. En casi 400 páginas,

Villeneuve explica muchos detalles que

Beaumont omite. Principalmente,

todo el trasfondo familiar, tanto de

Bella como del Príncipe. Bella es la hija del

rey de las Islas Felices, y su madre es

un hada malvada. El hada pretende matar a

Bella, por lo que el rey la oculta, haciéndola

pasar por uno de los doce hijos de

un rico comerciante.

Por su parte, el príncipe perdió a su

padre siendo muy joven, y su madre,

ocupada en guerras para defender

su reino, le puso al cuidado de un hada

(la madre de Bella). Una vez que el príncipe es

adulto, el hada trata de seducirle, pero al

rechazarla éste, lo convierte en Bestia.
Casi la mitad de la historia de Villeneuve se

centra en las guerras entre hadas y reyes, y

dedica largas páginas a la historia de las familias

de Bella y el príncipe. También compone

una visión del castillo mucha más oscura y

mágica que la tradicional.


Beaumont omitió todo este trasfondo

familiar y trágico, desvinculándose del

sentido que Villeneuve le quiso dar a su historia:

una ácida crítica a la sociedad en que las mujeres

que eran obligadas a casarse por conveniencia,

siendo algunos de aquellos maridos peores que su Bestia.

Eliminando todos los personajes secundarios,

Beaumont adaptó, o readaptó, la historia, bajo los simples

arquetipos del cuento de hadas, siguiendo los mismos

esquemas que otras variantes anteriores de la misma.


Esta versión de Beaumont es la que se considera

tradicional, y ha sido la más extendida y conocida.

Todas las interpretaciones, adaptaciones y versiones

posteriores se han basado en la versión de Beaumont,

y no en el original de Villeneuve.


Orígenes


Charles Perrault, 1665.
La historia de La Bella y la Bestia

ha circulado durante siglos por toda

Europa, tanto en forma oral como

escrita, y, mucho más recientemente, en

adaptaciones cinematográficas.

Muchos expertos han señalado

similitudes entre este cuento e historias

clásicas de la Grecia antigua, como Cupido y Psique,

Edipo o El Asno de Oro de Apuleyo, hacia el siglo segundo de nuestra era.


Giambattista Basile.


Una primera versión escrita de La bella y la bestia

se atribuye a Giovanni Francesco Straparola,

aparecida en su libro de cuentos

Le piacevoli notti, en 1550. Una temprana versión

francesa presentaba al padre como un rey, y a la

Bestia como una serpiente. Charles Perrault

popularizó este cuento en su recopilación Contes

de ma mere l’oye (Cuentos de mamá ganso), en 1697.

Otros autores como Madame d’Aulnoy, con su cuento

Le Mouton (La oveja) o Giambattista Basile,

en el Pentamerone, también escribieron

variaciones de la misma historia.


La primera versión escrita que ya desarrolla

el cuento tal como lo conocemos hoy fue publicada

en 1740 por la escritora francesa

Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en

La jeune américaine, et les contes marins.

Era una serie de relatos explicados por una anciana

durante un largo viaje por el mar. Villeneuve escribía

cuentos de hadas basados en el folclore europeo,

para distracción de sus amigos y conocidos en bailes y salones.


La aristócrata francesa

Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711 – 1780)

había emigrado a Inglaterra en 1745, donde empezó a

trabajar como profesora y escritora de

libros sobre educación y moral. Habiendo leído la

novela de Villeneuve, la abrevió en gran medida y

la publicó en 1756 como parte de la colección

Magasin des enfants, ou dialogues entre une sage

gouvernante et plusieurs de ses élèves. Tomando los

elementos clave de la historia original, Beaumont

omitió muchas escenas de los orígenes o las familias

de los protagonistas y modificó la escena de la

transformación de la Bestia, que en el original

de Villeneuve acontece tras la noche de bodas.

Escrito como complemento educativo para sus alumnos,

muchos de los detalles escabrosos o subversivos del

original fueron suprimidos.


Madame d’Aulnoy.


Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.


La versión de Beaumont se consideró

ya entonces la más característica, hasta el

punto de que, solo un año después, en 1757,

ya fue traducida al inglés, como The Young Misses Magazine,

Containing Dialogues between a

Governess and Several Young Ladies of

Quality, Her Scholars.
La tradición francesa de esta época consistía en

elaborar historias cotidianas, con una tendencia a

desarrollarlas sobre un trasfondo de emociones

humanas en lugar de azares o designios mágicos.

Eliminaban todo lo que era sangriento o cruel;

escribían de forma directa y concisa, con un estilo sobrio

y sin adornos. Los cuentistas franceses adaptaron

sus historias a su propio gusto clásico, lógico y

hasta racional. Perrault inició una tendencia que se

apartaba de esta forma tradicional de narrar cuentos, y

las mujeres que le siguieron, Lhéritier, Madame d’Aulnoy y

Beaumont, fueron aún más lejos.

El más humilde de los hombres, en sus cuentos,

era un caballero; los pastores eran príncipes

disfrazados y la mayoría de los protagonistas

siempre son reyes o reinas.
Estas influencias en la historia explican las

diferencias existentes entre la versión actual de

La bella y la bestia, a través de estos escritores

franceses, y las versiones más tradicionales.

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Silvita

Diseñadora, Casada, dedico mi sitio a preservar el Arte y la Cultura Infantil, A la memoria de mi sobrina Laura Ambrosio Battistel. Material uso escolar y docente

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