A la luna Johann Wolfgang von Goethe
A la luna
Poema: Texto completo Johann Wolfgang von Goethe
de la luz primera,
símbolo del amor
en la tristeza!
Ciñe tu rostro
encantador la bruma,
orlada de argentados
resplandores;
Tu sigiloso paso
de los antros
durante el día cerrados
cual sepulcros,
a los tristes fantasmas
despabila,
y a mí también y a las
nocturnas aves.
Tu mirada domina
escrutadora
y señorea el dilatado
espacio.
¡Oh, elévame hasta ti,
ponme a tu vera!
No niegues a mi
ensueño esta ventura;
y en plácido
reposo el caballero
pueda ver a hurtadillas
de su amada,
las noches tras los
vidrios enrejados.
Del contemplar la
dicha incomparable,
de la distancia los
tormentos calma,
yo tus rayos de luz
concentro, ¡oh luna!,
y mi mirada aguzo,
escrutadora;
poco a poco voy
viendo los contornos
del bello cuerpo
libre de tapujos,
y hacia él me inclino,
tierno y anhelante,
cual tú hacia el de Endimión
en otro tiempo.
Johann Wolfgang von Goethe
(ˈjoːhan ˈvɔlfɡaŋ fɔn ˈɡøːtə)
( 28 de agosto de 1749, en Fráncfort del Meno,
Hesse, Alemania – 22 de marzo de 1832,
en Weimar, Turingia, Alemania) fue un poeta,
novelista,dramaturgo y científico
alemán que ayudó a fundar
el romanticismo, movimiento
al que influenció profundamente.
En palabras de George Eliot
fue «el más grande hombre
de letras alemán… y el último verdadero
hombre universal que caminó sobre la tierra».
Su obra, que abarca géneros como la novela,
la poesía lírica, el drama e incluso
controvertidos tratados científicos,
dejó una profunda huella en
importantes escritores, compositores,
pensadores y artistas posteriores,
siendo incalculable en la filosofía alemana
posterior y constante fuente de inspiración
para todo tipo de obras. Su apellido da
nombre al Goethe-Institut, organismo
encargado de difundir la cultura alemana
en todo el mundo.
A mi madre
©Cristy Battistel Roggio
Compañera perpetua de nuestros
vuelos temerarios;
Ángel guardián de nuestros
temores más ocultos.
Enfermera santa de nuestros
dolores ancestrales.
Tú que das todo por nada,
eres la sagrada piedra fundamental
de nuestra vida.
Tu inmarcesible amor
fue capaz de proezas impensadas.
en pedazos si sufrimos.
Estás hecha de todas las flores
y todos los cantos.
Luz de los caminos más oscuros;
vigilante eterna de nuestros movimientos.
MADRE: divino espejo en el que