Maria Coraje con el paso tranquilo subió el camino
Maria Coraje
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Tiene 106 años y
tiene el pelo blanco
de nieve
Tiene un vestido negro
y de madera,
negros pendientes
Quince hijos parió
su duro cuerpo
Y trece amamantó
el mismo pecho
Tres se llevó la guerra,
junto a las sierras
se los perdieron
Se los llevó la patria
con un aire triunfante,
cantó el correo
Cinco días estuvo
sin ver el cielo,
su condena fue siempre,
siempre en silencio
Tuvo un hijo minero,
que una tarde sangrienta
Envuelto en sangre y
lodo se lo trajeron
Con el paso tranquilo
subió el camino del pozo negro
Y al llegar al portón extravió
la mirada y escupió el suelo
Con el ceño fruncido
bajó pa´l pueblo,
quince días estuvo
sin ver el cielo
Se le endulzan los ojos
cuando recuerda su
primer beso
Cuando estrenó vestido
para el bautizo de su
primer nieto
Y del viaje de novios y
de su miedo al entrar
en la alcoba junto a su
dueño
Él se cansó una tarde
de estar despierto
Cuando estrenaba
el campo su manto nuevo
Tiene un hijo poeta,
un carpintero y tres
en México
Otros dos en la mina,
uno que es fraile y
Que siempre fue
muy guapo,
Hoy es una flor
Ella a todos cobija
bajo su manto,
y recuerda sus nombres,
vaya,
Y recuerda sus nombres y
cumpleaños.
A mi madre
©Cristy Battistel Roggio
Compañera perpetua de nuestros
vuelos temerarios;
Ángel guardián de nuestros
temores más ocultos.
Enfermera santa de nuestros
dolores ancestrales.
Tú que das todo por nada,
eres la sagrada piedra fundamental
de nuestra vida.
Tu inmarcesible amor
fue capaz de proezas impensadas.
en pedazos si sufrimos.
Estás hecha de todas las flores
y todos los cantos.
Luz de los caminos más oscuros;
vigilante eterna de nuestros movimientos.
