Pachamama es la tierra nuestra Madre y Hogar
Pachamama es la tierra nuestra Madre y Hogar
Historia de su culto
Los quechuas, los aimaras y otras etnias
de la región andina,
realizan ancestralmente
ofrendas en su honor,
sacrificando entre otras cosas
camélidos para derramar su sangre.
Entre otros objetos
se ofrecen hojas de coca,
conchas marinas mullu y
sobre todo el feto de la llama,
según una creencia
para fertilizar la tierra
sin que faltara jamás la cosecha,
este tipo de ofertorio
suele llamarse en los Andes
centro-meridionales «corpachada».
La Pachamama,
más las deidades Mallku y Amaru,
conforman la trilogía de la
percepción aimara sociedad – naturaleza;
y sus cultos son las formas más antiguas
de celebración que los aimaras
realizan en la actualidad.
Con la invasión de los españoles
y la persecución de las religiones
nativas (llamada en esa época
«extirpación de idolatrías»),
la deidad Pachamama,
producto del sincretismo,
comenzó también a ser muchas veces
a través de la Virgen María.
Actualmente se mantiene y
conserva el sistema de creencias
y rituales relacionados
con la Pachamama,
practicada principalmente
por las comunidades
quechuas y aimaras,
y otros grupos étnicos
que han recibido la influencia
quechua-aimara,
en las áreas andinas
de Bolivia, Ecuador y Perú,
pero también en el norte de Chile,
y en el norte de Argentina.
A través de los migrantes,
se ha hecho conocida
en otros lugares, y se ha expandido
a numerosas ciudades y
grandes metrópolis modernas
como Buenos Aires,
por este motivo se puede ver
ocasionalmente en tal ciudad
(especialmente en los años noventa
y a inicios del presente siglo)
a gente que, por ejemplo,
vuelca un poco del vino o la
cerveza que está por beber
diciendo:
«Antes para la Pacha».
Al realizar el ritual en el hogar
por primera vez se debe realizar
todos los años de no hacerlo se
dice que se acaba la buena