Pachamama
La Pachamama adoracion a la Tierra Madre
Pachamama Madre Tierra
Cuando la sangre de tus venas retorne al mar, y el polvo en tus huesos vuelva al suelo, quizás recuerdes que esta tierra no te pertenece a ti, sino que tú perteneces a esta tierra.
Estamos en la víspera de la celebración más
importante en honor a la PACHAMAMA,
que representa la madre tierra desde
tiempos remotos entre las culturas autóctonas
del continente americano.
Esta representación tiene su origen
entre los Andes centrales de sudamérica,
entre el eje de países andinos como Ecuador,
Perú y Bolivia. Hoy se sabe que en
la cultura Caral que presenta cinco mil años
de antigüedad, la representación de
la tierra como fuente creadora de vida
ya era presente en el quehacer cotidiano
de esta civilización sui generis americana.
La idea o cosmovisión basada en el paradigma
de la Pachamama se ha conservado
a lo largo de la historia, aún a costas
del sometimiento y abuso de parte
de los conquistadores españoles,
que conjuntamente a la iglesia católica intentaron
desprender este sentimiento espiritual de
la faz de la tierra y de las personas.
La propuesta hispano-católica era de
evangelizar al nativo de sus creencias y
forma de ver el mundo considerándolas
primitivas, politeístas y hasta «paganas»,
motivo por el cual durante la ocupación
los invasores se esforzaron en censurar y
perseguir todo cuanto era contrario a sus intereses.
Como es de conocimiento público y
aunque el tema no es muy bien aceptado
por la historia oficial, en el Perú colonial
por ejemplo se dispuso de un programa
meticuloso de inquisición y centros
de «extirpación de idolatrías»,
que jugaron un papel vergonzoso en
el sometimiento, castigo y abuso desmedido
dirigido a la conversión forzada de la población
autóctona hacia el catolicismo europeo.
Han pasado desde entonces cinco siglos
de sometimiento forzado e imposición de
creencias y aunque parezca extraño y
fuera de todo contexto racional y hasta
de sentido común, hoy por hoy hay aún
muestras de rechazo y prejuicios hacia la
espiritualidad indígena que ha sobrevivido al
paso del atropello occidental.
Cabe recordar que el acto de homenaje a
Pachamama celebrado el 4 de octubre del 2019,
en los jardines vaticanos y con la presencia del
Papa Francesco, fue tomado por diferentes
círculos conservadores católicos como una
severa intromisión «pagana» y de sacrilegio que
hasta hoy viene generando un clima de rechazo
y antipatía hacia todo lo relacionado con la
Pachamama y la idea de la espiritualidad
de la madre tierra.
Esta actitud a mi entender es un retroceso
cultural y una afrenta directa hacia los pueblos
autóctonos americanos, que claman
tiempos de paz y de hermandad entre las
culturas humanas de hoy en día.
Los actos de conmemoración de Pachamama
distan de idolatrías y de modelo
de religiosidad,
considerándose hoy en día por sobre todas
las cosas un modo de expresión de espiritualidad
que recoge la esencia de la madre tierra,
que es al fin y al cabo nuestro hogar.
Por este motivo manifiesto libremente y expreso a
título personal mi malestar por el clima de
anti-espiritualidad americana (Abya Yala),
por el racismo manifiesto y el mensaje de distanciamiento social
y de fraternidad contrarios a todos los
principios de derechos humanos.
La Pachamama es ante todo un sentimiento humano,
un modo de pensar de respeto hacia la madre tierra
como esencia o sentido.
En este óptica no se veneran ni se realizan
adoraciones o sometimientos a imágenes,
salvo las que enriquecen la representación
y adquieren significado experiencial,
como por ejemplo las celebraciones utilizando
elementos y la tierra específicamente por medio
de ofrendas de despachos y actos rituales en
donde se incorpora la memoria del arquetipo y
significado ancestral. La tierra en este caso
es un gran templo sagrado, digno de respeto
y todo cuando vive en este marco
lo es de igual manera, por este
motivo la espiritualidad nativa americana
es libre y abierta a toda la humanidad,
libre de prejuicios y de dogmas.
Amén de la relevancia que amerita la madre
tierra en estos tiempos urgentes de cambio
y transformación humana.
Autor: Arnaldo Quilpe
Fuente: http://www.takiruna.com