Y si Dios fuera mujer llena de gracia amor
Y si Dios fuera mujer llena de gracia amor
Mario Benedetti
Si Dios fuera una mujer
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Un largo camino…
Se ha recorrido un largo camino desde aquellos movimientos sociales del siglo XX pero aún falta mucho trabajo y energía.
En cada una de nuestras comunidades y a través de nuestras actividades, tenemos la oportunidad de actuar como agentes de cambio, a través de la educación, del liderazgo y del ejemplo.
Nada más contradictorio que ser mujer…
Mujer que piensa con el corazón, actúa por la emoción y vence por el amor…
Que vive un millón de emociones en un sólo día, y
transmite cada una de ellas con una sola mirada…
Que vive buscando la perfección y vive tratando de
buscar disculpas para los errores de aquellos a quienes ama…
Que hospeda en el vientre otras almas, da a luz y
después queda ciega, delante de la belleza de los hijos que engendró…
Que da las alas y enseña a volar pero no quiere
ver partir los pájaros, aún sabiendo que no le pertenecen…
Que se arregla toda y perfuma la cama,
aunque su amor no perciba más esos detalles…
Que como una hechicera transforma en luz y
sonrisa los dolores que siente en el alma, sólo para que nadie lo note…
Y aún tiene fuerzas, para dar consuelo a quien
se acerca a llorar sobre su hombro…