Carro del Cielo, poema para Niños, autora Gabriela Mistral, Escritora Chilena
Carro del Cielo poema para chicos
Carro del Cielo | Gabriela Mistral
Echa atrás la cara, hijo
y recibe las estrellas.
A la primera mirada,
todas te punzan y hielan,
y después el cielo mece
como cuna que balancean,
y tú te das perdidamente
como cosa que llevan y llevan…
Dios baja para tomarnos
en su vida polvareda;
cae en el cielo estrellado
como una cascada suelta.
Baja, baja en el Carro del Cielo;
va a llegar y nunca llega…
Él viene incesantemente
y a media marcha se refrena,
por amor y miedo de amor
de que nos rompe o que nos ciega.
Mientras viene somos felices
y lloramos cuando se aleja. Y
un día el carro no para,
ya desciende, ya se acerca,
y sientes que toca tu pecho
la rueda viva, la rueda fresca.
Entonces, sube sin miedo
de un solo salto a la rueda,
¡cantando y llorando del gozo
con que te toma y que te lleva
Datos de la Escritora Gabriela Mistral
Premio Nobel
La noticia de que había ganado el
Nobel la recibió en 1945 en Petrópolis,
la ciudad brasileña donde desempeñaba
la labor de cónsul desde 1941 y donde se
había suicidado Yin Yin7 (Juan Miguel Godoy Mendoza)
a los 18 años, su sobrino según se decía,
hijo de un hermanastro y al que, con su
amiga y confidente Palma Guillén, había adoptado
y con el que vivía por los menos desde q
ue este tenía cuatro años.
La motivación para entregarle el premio fue
«su obra lírica que, inspirada en poderosas
emociones, ha convertido su nombre en un símbolo
de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano».
A finales de 1945 regresó a Estados Unidos
por cuarta vez, ahora como cónsul en Los Ángeles
y, con el dinero ganado con el premio, se compró
una casa en Santa Bárbara.
Será allí donde al año siguiente
escribiría gran parte de Lagar I, en muchos de cuyos
poemas se observa la huella de la
Segunda Guerra Mundial, y que será publicado en Chile en 1954.
En 1946, conoció a Doris Dana,
una escritora estadounidense con quien estableció
una controvertida relación sentimental, y
de quien no se separaría hasta su muerte.
TODA LA POESÍA DE GABRIELA MISTRAL, PREMIO NOBEL DE LITERATURA