Meditar caminando a los niños resulta una aventura meditar

Meditar caminando a los niños resulta una aventura meditar

Meditar caminando a los niños resulta una aventura meditar

meditar caminando
MEDITAR CAMINANDO

CÓMO MEDITAR CAMINANDO

Dra. Victoria Lucía Aristizábal

 

Entender la meditación caminando

Meditar caminando es una forma de meditación en acción. En esta meditación,

usas la experiencia de caminar mientras te concentras.

Eres consciente de todos los pensamientos, sensaciones y

 emociones que experimentas cuando caminas.

Esta conciencia de tu cuerpo y mente puede ayudar a relajarte y despejar tu mente.

Elige un lugar para caminar. Puede ser al interior o al exterior,

siempre y cuando sea un lugar relativamente tranquilo y apacible.

Evita las colinas empinadas o los lugares donde tienes que detenerte mucho.

Necesitas un espacio en el que puedas caminar de un lado a otro al menos 10 a 15 pasos.

Si estás en un ambiente público, busca una zona donde no te interrumpan otras personas.

Puedes buscar un sitio que no distraiga a los niños,

lo importante es que la caminata la puedan sentir como algo relajante

Antes de empezar a caminar, hazles algunos estiramientos.

Que se balanceen de lado a lado y de adelante hacia atrás.

Asegúrate de que la espalda esté derecha y que tengan una buena postura.

 Si te encuentras al interior, que caminen descalzos o en medias.

De este modo les será más fácil ser conscientes de sus pies mientras caminan.

Para los niños resulta una aventura meditar caminando,

es una experiencia completamente gratificante.

 La naturaleza pareciera que se confabula con ellos en este

proceso mágico de tomar conciencie de si mismos en contacto con la naturaleza.

 Van entendiendo además que la naturaleza y ellos son uno solo.

Sienten su energía, se comunican con ella, la tocan, la sienten,

le cantan, bailan sobre ella, es una danza de amor inolvidable y tremendamente gratificante.

Deben empezar a caminar de a 10 a 15 pasos en un sentido

mientras respiran con normalidad. Hacen una pausa después de haber

 completado los pasos y luego vuelve a respirar por todo el

tiempo que quieran. Una vez que hayas terminado con la respiración,

dan 10 a 15 pasos en el sentido contrario.

Haz una pausa y vuelven a respirar.

Continúa con este patrón al menos por 10 minutos.

Si les distrae el hecho de contar el número de pasos que dan,

elige un punto definido en el camino donde te des la vuelta.

La mente está diseñada para llegar a algún lado, luego es

 bueno ponerles un sitio especial y divertido a donde llegar.

También pueden meditar caminando en un camino recto.

Ponlos a que tomen contacto con el lado izquierdo y derecho

del camino y de lo que ven, cuando lleguen deben pintarlo como

una forma de activar la concentración después de la meditación.

 Ve diciéndoles que la naturaleza los ama, que vivimos gracias a ella

así que es importante que ellos aprendan a agradecerle,

que la toquen con amor y le digan “gracias por todo lo que

haces por nosotros para que estemos vivos”,

“gracias porque por ti podemos alimentarnos, respirar,

 percibir la maravilla de todas las formas que tiene que la hacen maravillosa”.

Caminen despacio. Pueden caminar a cualquier velocidad que elijas.

Sin embargo, es mejor si caminan con lentitud y dan pasos pequeños.

Elige un ritmo que sientan natural y cómodo. Deja que sus brazos y

manos se muevan naturalmente mientras caminan. La meditación

caminando no debe ser extenuante o hacerles sentir que les falta el aire.

Por el contrario, siempre debe ser divertida, deben sentir antes que recuperan energía.

Prueba distintos ritmos cada vez que medites hasta que encuentres un ritmo que sea más adecuado para ti.

Recuerda que están caminando para conectar cuerpo y mente, no para hacer un buen ejercicio.

Combina la respiración con los pasos. Meditar caminando ayuda a

crear unidad entre el cuerpo y la mente. Inhalen mientras dan 2 o 3 pasos.

Luego exhalen y dan 3, 4 o 5 pasos. Modifican la cantidad de pasos que dan

 con cada respiración. Encuentra lo que sea cómodo para ellos.

Sin importar qué patrón de respiración uses, la respiración debe permanecer lenta y relajada.

Usa una gatha. La gatha es un verso corto que recitan en silencio para ayudar

a centrar su atención durante la meditación. Esto es útil especialmente si notas

que su mente divaga cuando intentan meditar.

Toma dos o tres respiraciones mientras recitas cada línea:

Que digan «He llegado» mientras inhalan. Digan

 «Estoy en casa» mientras exhalan.

Digan «En el aquí» mientras inhalan. Digan

«En el ahora» mientras exhalan.

Digan «Soy feliz» mientras inhalan. Digan

 «Soy libre» mientras exhalan.

Digan «En mí mismo» mientras inhalan. Digan

 «Me refugio» mientras exhalan.

Puedes inventar Gathas que tengan poder

para mejorar su autoestima, para calmarlos,

para relajarlos, para sentir alegría, para que sientan el poder dentro de si mismos.

Autora : Dra. Victoria Lucía Aristizabal

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Silvita

Diseñadora, Casada, dedico mi sitio a preservar el Arte y la Cultura Infantil, A la memoria de mi sobrina Laura Ambrosio Battistel. Material uso escolar y docente

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