Mi ofrenda como reflejo de alma llena de amor
Mi ofrenda como reflejo de alma llena de amor
©Victoria Lucía Aristizábal
Ven a compartir conmigo lo que siento
Esto que abrumador desborda en mí
Ven a hacerme infinito este contento
Ven a encarnar con alma, este festín
Hoy ya tenemos los dos un paraíso
Con todo el firmamento por testigo
Y en la tierra el compendio que Dios hizo
En nuestros cuerpos, piel y abrigo
Si pudiera retenerte en un instante
Fundiría nuestras almas en la paz
Rapto de adoración que en detonante
Haga de nuestro amor una interfaz
Te regalo el cielo y que nunca midas
Y tú me das el tuyo en tu mirada
Para que en ella todo me lo pidas
Como un reflejo de alma enamorada
Responde amor a mi deliro, ven aquí
Donde yo pueda en mi avidez tocarte
Recuerda todo lo que con pasión pedí
Y hagamos el amor con devoción y arte
Te tengo una isla de cielo y margaritas
De colgantes jardines y hondos mares
Y el néctar de espirituales sibaritas
Y los soplos de Dios en nuestros lares
Daré mirada de sabia, muy profunda
Sabiduría de amor que nos completa
Con perlas de arte y de pasión fecunda
Y delicada voz de amante y de poeta
Y en la celebración de lírica armonía
Con el fuego de amor divinizado
Mi sed te arrebatará y en su porfía
Te entregará embelesos conjurados
Nuestra energía en emociones fluye
Hermosa verdad, de corazón plantada
Que a nuestras almas -el todo- constituyen
Espíritu que labra la expresión cantada
Y emerge la palabra, inmensa y bella
Toda la que el amor nos nutre y devora
Presintiendo que al ofrendarnos a ella
Con tanto hechizo, nos abraza y llora
Es tu día hoy, hora del beso que se toma
De caricia y entrega en intimidad perfecta
Cuando la vida en su potencial se asoma
En tu corrección de hombre que proyecta
Flotemos como brisas de otro mundo
Y abramos las esclusas de nuestra alma
De nuestro ardiente espíritu que profundo
Nos dé en la seguridad la grata calma
Que bello mirar cómo el amor madura
Pasando intacto el arrebol de aliento,
Es la amistad, la roca firme y pura
Que da a nuestro amor hondo cimiento
Nadie deja de amar si ama de veras
Cuando el amor es firme en sus raíces
Con la seguridad que da cuando generas
Las sendas claras con sus directrices
Quiero que suene en ti tan dulcemente
Este raudal de amor con mis gemidos
Con esta voz que a ti edito cabalmente
Como una música de alma a tus oídos
Y en este sueño que en los dos parece
La magia del alma que nos da su hechizo
Mi mejor sueño hoy te pertenece
«La ofrenda» que en mi poema te realizo.
Autora : Dra. Victoria Lucía Aristizabal