Pais de la ausencia extraño más ligero que ángel
Pais de la ausencia poema, Gabriela Mistral
A Ribeiro Couto
País de la ausencia extraño país,
más ligero que ángel y seña sutil,
color de alga muerta, color de neblí,
con edad de siempre, sin edad feliz.
No echa granada, no cría jazmín,
y no tiene cielos ni mares de añil.
Nombre suyo, nombre, nunca se lo oí,
y en país sin nombre me voy a morir.
Ni puente ni barca me trajo hasta aquí,
no me lo contaron por isla o país.
Yo no lo buscaba ni lo descubrí.
Parece una fábula que yo me aprendí,
sueño de tomar y de desasir.
Y es mi patria donde vivir y morir.
Me nació de cosas que no son país;
de patrias y patrias que tuve y perdí;
las criaturas que yo vi morir;
lo que era mío y se fue de mí.
Perdí cordilleras en donde dormí;
perdí huertos de oro dulces de vivir;
también yo las islas de caña añil,
las sombras de ellos me las vi ceñir
juntas y amantes hacerse país.
Guedejas de nieblas sin dorso y cerviz,
alientos dormidos me los vi seguir,
en años errantes volverse país,
país sin nombre me voy a morir.
La mujer fuerte segar te vi en enero los trigos
poema, Gabriela Mistral
Me acuerdo de tu rostro que se fijó en mis días,
mujer de saya azul y de tostada frente,
que en mi niñez y sobre mi tierra de ambrosía
vi abrir el surco negro en un abril ardiente.
Alzaba en la taberna, honda la copa impura
el que te apegó un hijo al pecho de azucena,
y bajo ese recuerdo, que te era quemadura,
caía la simiente de tu mano, serena.
Segar te vi en enero los trigos de tu hijo,
y sin comprender tuve en ti los ojos fijos,
agrandados al par de maravilla y llanto.
Y el lodo de tus pies todavía besara,
porque entre cien mundanas no he encontrado tu cara
¡y aun te sigo en los surcos la sombra con mi canto!